¿Lo has escuchado en algún momento esta semana? ¿Han salido estas palabras de tu boca en alguna ocasión? Siendo justos, además de servir para dar la impresión de que se está trabajando, las reuniones pueden convertirse en una herramienta poderosa para conseguir resultados. ¿Por qué en ocasiones la cosa va bien y en otras, sí, hay que pedir perdón?

Me gusta considerar las reuniones como un ecosistema en donde se ejercita la disciplina del liderazgo. Las reuniones son espacios en los que se juega a un deporte complejo. Se requiere da valentía, determinación y sangre fría de un deportista de élite en deporte individual, se requiere ser Rafa Nadal; y también la inteligencia emocional interpersonal y capacidad táctica y estratégica de un deportista de élite en deporte de equipo, se requiere ser un Pau Gasol.

Rafa y Pau se conocen, se reconocen, se admiran… Son amigos. ¡Que grandes son, y como engrandecen el deporte! Que bueno sería para nuestro día a día conducirnos según su inspiración.

¿De qué hablamos cuando hablamos de reuniones? Así lo hemos visto en VIRADA Liderazgo

Las personas participantes en VIRADA Liderazgo 2018 estimaron que este asunto era de calado para el ejercicio del liderazgo, ya que afirmaban que buena parte del día, y buena parte de las energías disponibles para el mismo, se iba en reuniones, muchas de ellas improductivas.

Para precisar a qué nos estábamos refiriendo cuando hablábamos de reuniones, intentamos fijar un punto de partida. En un Obradoiro sobre temas de liderazgo, una de las actividades que contiene el Programa VIRADA, compartimos visiones, experiencias, prácticas satisfactorias, algunos fracasos… y llegamos a elaborar un pequeño documento que, con su generosidad y permiso presunto, ahora comparto. Pincha aquí para ver el PDF.

Te recomiendo que le eches un ojo antes de continuar. Desde su sencillez, hay algunas cosillas que podrían ayudarte.

¿Qué nos jugamos en las reuniones?

Como líderes en nuestros equipos, en nuestras organizaciones, nos jugamos muchas cosas.

Nos jugamos efectividad, esto es, que consigamos lo que queremos conseguir con el uso de esta herramienta. Nos jugamos que las cosas salgan adelante con una adecuada coordinación de acciones de todas las personas e instancias involucradas.

Nos jugamos confianza, esto es, que se nos reconozca que somos de fiar. Que no mentimos, que las cosas que decimos que sucenderán, efectivamente sucederán, que somos competentes en lo que nos toca. Esto no significa que tengamos que saber más que nadie y de todo, sino que sabemos dicriminar lo que sí sabemos de aquello para lo que solicitamos ayuda. Que somos confiables.

Nos jugamos identidad. Con nuestras acciones, con cómo nos relacionamos con los demás, vamos configurando una identidad que nosotros percibimos sobre nosotras mismas, y que los demás también elaboran respecto de nosotras. En ocasiones, esas percepciones no son coincidentes… Si esto te sucede, deberías ocuparte de ello.

¿Por dónde empezar a mejorar las reuniones?

Las reuniones tienen una técnica, un saber hacer. Es importante que manejes los códigos y conduzcas una reunión con un aprendizaje experto, como si estuvieras conduciendo tu coche… ¿a que ya no te das cuenta cuando metes la tercera? Sucede y ya está… Sin esto, será difícil que fluya la energía y obtengas los resultados que esperas. Pero lo esencial no está en el equipamiento deportivo, en las reglas de juego del deporte, en las técnicas deportivas. Lo que marca la diferencia está en el deportista, en Rafa, en Pau. No es el coche, eres tú conduciendo.

Esta es una buena y una mala noticia. Buena, porque te tienes muy a mano, te puedes trabajar. Este asunto tiene que ver contigo, no con “las reuniones”. Mala, porque no es sencillo. No se resuelve solamente leyendo un libro, teniendo el carnet de un gimnasio. Se resuelve yendo al gimnasio, con disciplina. En ocasiones, atreviéndote a hacer cosas distintas y sudando…

Resumiendo, empieza por el ejercicio de tu liderazgo en las reuniones.

¿Qué puedo hacer?

Ocuparte de ti misma. Parar. Observarte. Estar abierta a lo que otras personas observan sobre ti. Aprender. Cambiar. Ser consciente de tu vulnerabilidad. Cambiar tu manera de observar, de observarte… VIRADA Liderazgo, en definitiva.

¿Te animas? “Perdona, estoy reunida…” Si quieres seguir reunida sin más, no hay problema. Te perdono. Te pido perdón.

Programa VIRADA Liderazgo. Pincha aquí para saber más.

David Pereiro, Socio-Consultor en Algalia S. Coop. Galega.

Responsable del Programa VIRADA Liderazgo.

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