¿Obstinado en mi error?“¿Por qué, con mi trayectoria, sabiendo lo que sé y aprendiendo lo que aprendo, parece que me olvido de todo y sigo igual, jodido y jodiéndola con mis problemas?” Un juicio así emergía en la sesión del Máster de DO de la UVA sobre “Métodos de toma de decisiones en grupo y análisis de problemas”.

Y claro, Juan Perro acude a mi mente. Haz click aquí para ver un video en YouTube. Santiago Auserón (Juan Perro), doctor en filosofía (haz click aquí para ampliar) cuenta y canta en su aparentemente inocente canción lo siguiente:

1997. La huella sonora. Obstinado en mi error

Me quedé sin poder contestar
Ni siquiera te pido perdón
El silencio se hace largo
Y me voy haciendo cargo
De que sigo obstinado en mi error

Yo creí ser capaz de luchar
Y portarme algún día mejor
Pero en cuanto me confío
Se desborda en mí ese río
Porque sigo obstinado en mi error

No sé si puedo aún aprender
Quizá si llego al fondo alcance a ver
Lo que es mejor
Porque sigo obstinado en mi error

Necesito de tu parte una señal
Que me diga si el viento cambió
Mas la flecha en la veleta
Esperando sigue quieta
Y yo sigo obstinado en mi error

¿Qué nos resulta útil saber para enfrentar problemas?

Hay algunas cosas que en la gestión de procesos de desarrollo organizacional hace tiempo que trabajamos para incorporar en lo que se refiere al análisis de problemas.

Sobre como entendemos los problemas:

  • Son un juicio, una brecha entre lo que quiero y experimento.
  • Es imposible estudiar un problema sin considerar a la persona para quien el problema es un problema: “no existe tal cosa como un problema real”, entendido como algo independiente de una persona observadora. Un problema exige un “para quién”.
  • Los problemas son interpretaciones de una observadora que opina que las circunstancias no son las apropiadas para satisfacer sus intereses. Es una insatisfacción. Por lo tanto, diferentes personas, con diferentes modelos mentales, con diferentes habilidades, definen de manera distinta los problemas.

Sobre la calificación de los problemas:

  • “Difícil”, “complejo”…, son juicios. “Difícil” y “no saber” son dos caras de la misma moneda. Los problemas los tienen personas que no saben aún como satisfacer esa brecha entre lo que quiere y experimenta.

Sobre las soluciones:

  • Resolver un problema es hacerme responsable por actuar, intentando que el mundo se adecue a mis deseos.
  • No interesa “la verdad” sino la “efectividad” en la búsqueda de soluciones, en la resolución de problemas: ¿de qué te vale tener la razón si no tienes la solución?
  • Las soluciones son efectivas para una determinada persona, con un determinado propósito, en un momento determinado y en determinadas condiciones.

¿A dónde me lleva Juan Perro?

“Me voy haciendo cargo de que sigo obstinado en mi error”.

Hacerse cargo. Responsabilizarse. Darse cuenta. Darse cuenta de que lo que intento no me vale y me hace sentir mal. ¿Esperar otro resultado haciendo más de lo mismo? No parece inteligente… Si reconozco que estoy atrapado en un patrón de conducta que no me satisface, puedo diseñar nuevas vías de salida.

“En cuanto me confío se desborda en mi ese río”.

Vaya, resulta que el trabajo no se acaba. La atención ha de ser constante, ya que trabajamos desde estados emocionales, brotan emociones que es preciso gestionar. Si me confío pierdo mi control personal, mi capacidad de buscar interpretaciones generadoras de soluciones y mi capacidad de influir en mi entorno. Inteligencia emocional.

“No sé si puedo aún aprender, quizá si llego al fondo alcance a ver lo que es mejor”.

Aún. Esta es la palabra clave: aún. Aprender requiere una disposición, un acto fundante de reconocimiento de ignorancia, de decir, también públicamente, “no sé”.

¿Quién me enseña? ¿A quién permito ser mi maestro sobre el “aún” que esté trabajando? Trabajando, si. Hay que ocuparse como si fuera un proyecto, un proyecto de crecimiento personal, de capacitación personal para el ejercicio del liderazgo. Es tan duro como ir al gimnasio, como salir a correr, como cualquier entrenamiento.

“Necesito de tu parte una señal que me diga si el viento cambió”

Si un tercero no percibe nada, es que probablemente nada ha salido de mi cabeza o de mis tripas. Solamente con acciones configuramos la persona que hace, que se relaciona, que “es” para los demás. ¿Cambio con el viento, o construyo vientos?

“Obstinado en mi error”.

La definición y explicación del problema condicionan la efectividad de la solución. Si sigo creyendo que mi definición es la verdadera, la sigo jodiendo y jodiéndome… Resulta más útil generar explicaciones efectivas que permitan llegar a soluciones siempre provisionales que generan una nueva realidad. De esta forma, se construyen personas, equipos y organizaciones distintas, que aprenden.

David Pereiro
Socio Consultor de Algalia Servicios para el Tercer Sector

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