El crowdfunding como fuente de financiaciónEn estos tiempos encontrar financiación es como pregonar en el desierto, el crowdfunding puede ser una alternativa muy a tener en cuenta a la hora de realizar el proyecto que siempre hemos soñado y nunca hemos podido hacer realidad. El crowdfunding ofrece una nueva posibilidad de financiamiento.

El crowdfunding, que podríamos traducir del inglés como financiación en masa, consiste en la financiación colectiva de gente anónima de un proyecto que les haya cautivado o interesado. Para ello la mejor plataforma para llevar a cabo el crowdfunding es sin duda internet.

El crowdfunding podría entenderse como un mecenazgo moderno o un sistema de donaciones utilizado para múltiples propósitos. El funcionamiento del crowdfunding es sencillo: el impulsor de una idea o proyecto la presenta públicamente a través de una plataforma y los internautas que quieran pueden apoyarla con donaciones, a cambio de recompensas que varían en función de la ayuda prometida. El crowdfunding involucra al consumidor en la financiación del proyecto, por lo tanto, es parte activa del proyecto o negocio.

Es un compromiso mucho más personal que el simple hecho de comprar un producto o consumir un servicio. El consumidor no se limita a consumir, participa directamente de que ese producto o idea pueda hacerse realidad. Pero para que haya esa implicación, no sólo emocional, sino económica, ha de ser un proyecto que tenga interés, que ofrezca algo a esa comunidad que va a participar en su financiamiento, tiene que haber un retorno. Por lo tanto no cualquier idea, proyecto o negocio puede ser válido para el crowdfunding.

El éxito del crowdfunding es la fuerza de lo pequeño, yo aporto 5 euros, que no es mucho, por no decir casi nada, pero si hay 1000 personas dispuestas a dar otros 5 euros cada uno, ya estamos hablando de una cifra muy respetable para iniciar el proyecto.

¿Cuáles son las claves para que un proyecto triunfe o no en las plataformas?, ¿existe seguimiento posterior sobre el proyecto? ¿Es más importante la idea del proyecto en sí o los resultados que consiga? ¿Son una posible solución a los problemas de financiación? Supongamos que lo son.

Desde un punto de vista operativo, implica necesariamente que existan proyectos que financiar, cuanto más concretos e inmediatos mejor, por lo que las entidades deben ajustar su actividad a un porfolio de proyectos, más que a una estrategia de intervención. Este sistema a priori, sería más útil para las pequeñas ONG o para ONG focalizadas en un proyecto o actividad, que para las grandes.

Por otro lado, la financiación por proyecto limita los desarrollos estratégicos, que necesitan de una financiación a largo plazo para mantener la continuidad, por lo que deberíamos instalarnos en un enfoque cortoplacista.

Si no conseguimos mantener una estrategia en el tiempo para llevar a cabo nuestra misión, puede ocurrir un alejamiento de los valores de la entidad, recordemos que es una financiación por proyecto no a la entidad, conseguirían financiación los proyectos que la consigan, sean más ajustados a nuestra visión o prioridades o no lo sean.

Desde el punto de vista de la financiación, es probablemente una solución de corto plazo: es pan para hoy y hambre para mañana. La financiación por proyecto financia el proyecto pero no es sostenible para la ONG como tal, estaríamos vinculando la supervivencia de la ONG, y la de su estructura, a la del proyecto.

¿Significa esto que las plataformas de crowdfunding no sirven para nada? Nada de eso, realmente sirven para lo que fueron diseñadas: para financiar proyectos (que no ONG) o iniciativas puntuales de coste relativamente bajo. Es posible integrarlas de modo innovador creando plataformas de crowdfunding integradas en las web de las ONG grandes o en las de las entidades de tercer o segundo nivel, con proyectos diseñados ad hoc o que puedan adaptarse a este sistema, permitiendo destinar más financiación a los proyectos estratégicos. O también podemos hacernos visibles e interesar a personas que muestran o pueden mostrar interés en nuestros proyectos u ONG.

Pero no consideramos que sea una alternativa viable de financiación para el sector. La eficacia de las mismas es la novedad, la continua frecuencia de proyectos e interactividad, pero ¿Qué pasaría si de repente aparecieran en estas plataformas cientos de proyectos a ser financiados? ¿Estarían dispuestas las ONG a competir abiertamente entre sí? Probablemente, tener éxito, implicaría destinar medios a sensibilizar para obtener los fondos, lo que nos llevaría de nuevo al problema actual: hemos bombardeado a los ciudadanos con sensibilización para generar nuevos socios o donaciones, les hemos persuadido sobre todo lo que podían hacer con su donativo pero sin ofrecer – en muchas ocasiones- resultados tangibles sobre lo que se ha hecho.

Existen medios de financiación alternativos, pero exigen cambios, en nuestra manera de gestionar, en nuestra manera de ejecutar y en nuestra manera de relacionarnos con la sociedad, sin cambiar lo que somos. Tratar de mantener el status quo mientras buscamos el tesoro escondido que lo financie no hace más que dilapidar un recurso finito y prestado: El tiempo.

Miguel Barbosa
Socio responsable del área de Consultoría de Algalia Servicios para el Tercer Sector

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