Lo natural es trabajar en equipo natural

¿Es que hay equipos artificiales? Siendo honestos, en ocasiones parece que sí. Para crecer en efectividad es recomendable que todo el equipo comparta conversaciones para “hablar de lo nuestro”.

En otra ocasión, pinchar aquí, comentaba que “no cualquier agrupación de personas que trabajan juntas es un equipo. Hace falta algo más que un interés compartido. Hace falta una visión compartida, una complementariedad de roles para el desempeño de lo que es preciso hacer para lograr los objetivos comunes. Exige compromiso, visión, trabajo, responsabilización por los objetivos compartidos…”.

En esa ocasión, te invitaba a una pequeña reflexión: “¿A qué equipos perteneces en tu organización? ¿Cuántos equipos hay en tu organización? ¿Hay grupos, pandillas, cuadrillas, bandas…? ¿Se cuidan y entrenan los equipos en los que participas? ¿Cuándo habláis de cómo os va como equipo, más allá de las tareas en las que os encontráis?”

El supuesto desde el que hacía esos comentarios es que en un equipo se comparte tarea y genera relación, y que entendemos que los equipos más efectivos son aquellos que se desempeñan su tarea con calidad y que establecen relaciones de calidez.

¿Qué quiere decir este juego de palabras, calidad y calidez? Queremos apuntar que el resultado de su trabajo es bueno (dirigir una organización, gestionar un servicio, administrar una organización, realizar acción voluntaria…), y la relación que se establece satisface y vincula a sus miembros (debatimos sobre alternativas para hacer las cosas sin que se resienta la relación, hablamos de lo que es preciso mejorar sin estar a la defensiva, nos decimos cosas que nos cuestan y eso nos ayuda a respetarnos más, disfrutamos del encuentro para el trabajo…).

Y en este contexto, ¿qué es esto de que lo natural es trabajar en equipo natural?

Las estructuras que se diseñan en las organizaciones para dotarlas de unos de los requerimientos fundamentales de su modelo organizativo establecen que un grupo de personas ha de coordinarse para obtener unos resultados. Estas personas que se reúnen, planifican, siguen sus actividades, evalúan sus resultados, configuran un equipo de trabajo “natural”. Son considerados y se sienten como un equipo. Se sabe quien pertenece a ese equipo, como se ordena, cual es la contribución específica que cada uno de sus miembros realiza para enriquecer su dinámica de funcionamiento.

Cuando en uno de estos equipos aparecen dificultades, o se tiene que enfrentar a nuevos retos, surge la necesidad de abordar de una manera específica esa circunstancia. Habitualmente se facilita que la persona líder de ese equipo consuma formación sobre liderazgo. En el mejor de los casos, dos personas participan de esa formación, ya que la apuesta es grande y los recursos limitados.

Esta perspectiva puede ser válida, pero incompleta. ¿Por qué no abordar los retos en equipo, donde hay experiencia y riqueza, donde se han de resolver algunas cosas? Nuestra experiencia nos dice que los equipos atesoran capacidades insospechadas. A veces nadie del equipo, o muy pocos, perciben las capacidades que tiene. El valor que atesora. Lo que es capaz de hacer con un poco de entrenamiento.

Proponemos que lo natural, es que los equipos crezcan trabajando en equipo natural. Es más sostenible, es más eficiente. Es más atrevido, pero de eso hablaremos en otra ocasión.

Decía también hace unos meses que “la efectividad de los equipos, sobre todo los de responsabilidad, influyen de una manera muy directa en el impacto de las organizaciones, en el desarrollo de su misión y contribución social. Conscientes de esto, Algalia promueve y facilita servicios para responder a estas necesidades. ¿Hablamos?”.

Tengo algo que proponer a tu equipo, a tu organización. VIRADA, Programa para el fortalecimiento del liderazgo de Equipos de dirección en entidades de economía social. ¿Seguimos hablando?

David Pereiro
Socio Consultor de Algalia Servicios para el Tercer Sector

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