Desde la propuesta del programa VIRADA entendemos las emociones como uno de los tres ejes centrales del mismo, junto con el lenguaje y el cuerpo, con los que están interrelacionadas.

Emoción proviene del latín emovere, que está formado por ex ‘hacia fuera” y movere, “remover, sacar de un lugar, retirar”, pero también “sacudir”. En esta ocasión, queremos contribuir a “sacudir”, sacar a la luz y visibilizar una emoción difícil que puede llegar a atrapar a las personas y a las organizaciones que la experimentan: la vergüenza.

Hablamos de que es una emoción difícil porque no nos permite ser. La persona que sintió vergüenza en algún momento de su vida, generalmente en la infancia o adolescencia, en pequeñas o grandes situaciones, ha podido llevarle a creer, tener la percepción subjetiva (juicios negativos interiorizados), de que se ha equivocado, que ha fallado. Entiende que no es “correcta” y huye de ser tildada de imperfecta, llegando a experimentar comportamientos de parálisis y huida. Por ello, la vergüenza es una emoción que tiende a ser ocultada.

Se trata de una emoción muy contagiosa, en especial de forma no verbal. Sus expresiones son el rubor, bajar u ocultar la mirada, la ocultación del rostro, timidez, alguna forma de contracción física, acompañada de torpeza y confusión.

Y es una emoción social, esto es, para experimentarla requiere la presencia de otras personas. Es pues, una emoción con impacto social y relacional, como veremos más adelante.

La vergüenza tiene también aspectos positivos. Los sentimientos que provoca tienen una importante función autorreguladora, protege contra conductas inconvenientes.
 

La vergüenza en las organizaciones

Además de ser vivida con mayor o menor intensidad por las personas que integran las organizaciones, es una emoción difícil y oculta en las organizaciones, aunque veremos que con mucha presencia en las mismas.

Es relevante conocer, reconocer y desvelar situaciones vergonzantes en los equipos de trabajo, la clientela, colaboradores, etc. Dichas situaciones generan impacto porque esta emoción y sus reacciones influyen en las relaciones interpersonales y en la cooperación mutua, así como en la ejecución de las tareas encomendadas a las personas y los equipos de trabajo, influyendo, además, en la creatividad y la innovación personal y grupal.

Estos son algunos ejemplos:

  • Ocultar información
  • Ridiculizar
  • Invisibilizar a alguien como modo de exclusión
  • Doble castigo
  • Culpar y avergonzar

¿Reconoces estas técnicas de vergüenza en tu organización? ¿Qué otras identificas? ¿Qué consecuencias tienen para las personas en tu organización? ¿Cómo te posicionas ante las mismas? ¿Cómo puede promover tu organización una cultura de colaboración, empatía, apoyo mutuo y orgullo?

Lee el artículo completo aquí  para conocer en qué consisten estas situaciones y las técnicas que te permitirán atajar o neutralizar dentro de tu organización.

Si quieres profundizar en ésta y en otras emociones para la transformación emocional y bienestar de las personas en tu organización, el programa VIRADA proporciona espacios teóricos (talleres formativos, proyecto de impacto organizacional) y vivenciales (encuentros outdoor y sesiones de coaching) para ello.

Recuerda que este programa se articula en dos iniciativas principales:

Consulta las características de cada uno e inscríbete antes del 17 de febrero de 2023.

 

Begoña Suárez, coach de VIRADA y Gerente de AMIPA.

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