Debemos la inspiración de esta propuesta a Víctor Almonacid, quien publicó el 26 de abril de 2020 en uno de sus blogs el artículo 10 conceptos “con solera” de la Administración que han muerto durante el estado de alarma. Recomendamos su lectura, disponible pinchando aquí. Graciñas, Víctor!
Una metáfora de partida
Las personas más jóvenes no las recordarán, pero entre la Olivetti de toda la vida (recordamos que esta era a marca más reconocida de máquinas de escribir allá por los años 80 del siglo pasado) y los primeros Personal Computers (PC), existió una máquina con pretensiones de ser algo más que se quedó en más de lo mismo: seguía haciendo solamente copias en papel.
Este ser híbrido, máquina de escribir con cable, o PC bastante tonto, es la máquina de escribir eléctrica. Un quiero y no puedo. Un tuneado de un enfoque limitado.
En los tiempos de la COVID-19 estamos oyendo que “todo va a cambiar”, que “entraremos en una nueva normalidad”, que “esto viene para quedarse”… ¿Y si, al final, cambios radicales que algunos pronostican (el PC lo fue, ciertamente) quedan en un más de lo mismo decepcionante como fue la máquina de escribir eléctrica?
Queremos contribuir a los cambios transformadores, cambios de calado, cambios de paradigma, y el camino que muestra Víctor Almonacid para desvelar imposturas nos parece fascinante. El lenguaje no solamente describe la realidad en algunos actos lingüísticos, sino que en la mayor parte de las veces crea realidad. Vamos a revisar creaciones de sentido para decidir si las validamos o replanteamos.
Continuamos citando textualmente a nuestro inspirador, y luego nos sumergiremos en el sector en el que decidimos centrar nuestra atención: el sector de acción social.
Y una presentación de partida
Almonacid escribe: “Solera se define como el “carácter tradicional de las cosas, usos, costumbres, etc…” (R.A.E.). Estamos en un momento en el que todavía tenemos que decidir, porque está en nuestra mano, si esta terrible pandemia (y sus consecuencias derivadas, como el confinamiento o la terrible crisis económica que ya está muy presente) es o no una oportunidad que vamos a aprovechar para mejorar lo público. Porque oportunidad, desde luego, es. Puede que la mejor que vayamos a tener en nuestras vidas.
Pero para que se produzca ese punto de inflexión que todos deseamos y tanto necesitamos, se requiere acción. Esta es una gran ocasión, pero una ocasión, por sí sola y por muy buena que sea, no cambia nada. Como bien entenderán los futboleros, una ocasión de gol no es un gol, ni muchísimo menos te hará ganar el partido. El mundo lo cambian las personas. La Administración también la cambiarán las personas, no los virus. Mientras pensamos todo esto, y valga en todo caso como reflexión inicial, sí podemos ir enterrando algunos conceptos clásicos, con solera y rancio abolengo en la Administración hasta ahora conocida que, aunque seguirán teniendo sus defensores, durante las últimas semanas, y como consecuencia de todo lo que venimos diciendo, han pasado a agonizar, prácticamente a morir o, en algunos casos, se ven obligados a evolucionar. Por eso mismo, junto al difunto, proponemos una palabra o concepto de sustitución”.
Nuestra propuesta
¿Qué conceptos zombis o difuntos identificamos en el sector de acción social, y cuales están llamados a ser sus sustitutos?
Nos atrevimos a hacer una propuesta tentativa e incompleta. No matizamos y caracterizamos de forma estereotipada y exagerada… ¡es más divertido!.
Asistencia social
Acción de prestar asistencia a alguien que la precisa. Habitualmente se prestaba a un colectivo que se denominaba pobres (los de siempre), y ahora a un colectivo que se denomina vulnerables (cualquiera, ¡hasta nosotros!).
La asistencia social es unidireccional: va de arriba a abajo, ya que hay un arriba (yo sé, yo puedo) que se enfrenta asimétricamente a un abajo (tú no sabes, tú no puedes).
Este modelo mental generador de modelos de intervención sobreprotectores y paternalistas quiere presentarse como la única alternativa viable en los momentos en que la crisis bate con fuerza en los proyectos de vida de la ciudadanía, en particular de la más vulnerable. La asistencia social parece que es el modelo de referencia habitual si no se muestran otras alternativas de acción.
La COVID-19 está a poner de manifiesto que en un futuro de recursos aún más limitados, la acción social debe promover redes de apoyo comunitario, como las que operan al margen del institucional administrativo en algunos entornos rurales activos.
A sustituir por: modelos integrados, desarrollo comunitario, participación social, comunidad, vecindario, contribución especializada, acción social, trabajo en red.
Usuaria
Palabra con solera donde has haya que sirve para definir a aquella persona que tiene derecho a usar una cosa ajena con cierta limitación. Las usuarias son objeto de asistencia social.
El sector de acción social está en camino de superación del modelo de asistencia social, pero esta palabra, y su modelo mental subyacente, se resiste a ser sustituido. No acaba de aparecer la palabra adecuada…
A sustituir por: clienta, participante, jefa.
Centro
Espacio arquitectónico en el que se pueden encontrar diversos tipos de usuarias que son asistidas socialmente.
El Centro es la referencia fundamental de un modelo institucionalizador para la vida de las personas en el que los apoyos a sus proyectos personales llegaron en algún momento a confundirse con el edificio en el que se desarrollan algunos servicios.
Este referente convive desde hace tiempo con experiencias de modelos alternativos, a veces como si fueran chalets adosados. La nueva normalidad abrirá una ocasión para que se abran paso otros, a lo mejor no tan nuevos, referentes.
Las alternativas al Centro no ocupan un espacio físico concreto. Transitan por entornos sugerentes, velan por respetar la autodeterminación y la autonomía de las personas que cuentan con apoyos. No se desentienden de la opinión de las personas participantes, sino que cultivan su protagonismo.
A sustituir por: instalaciones, espacio, entorno, comunidad, acompañamiento, recurso.
Lugar de trabajo
Espacio físico de dominio profesional ubicado en Centros y a lo que las usuarias se acercan en furgoneta para recibir servicios.
Debido a la crisis sanitaria, que exige garantizar con rigor la seguridad de la población en general y de las profesionales en particular, los entornos laborales físicos de las organizaciones precisan redefinir su disposición espacial. ¿Cómo han de ser los lugares de trabajo en una nueva normalidad donde las usuarias tienen que estar distanciadas socialmente y las profesionales protegidas por EPIs?
Parece esta una buena ocasión para diseñar, siempre que sean posibles, otros sistemas no presenciales de atención que permitan una verdadera conciliación de vida personal y profesional, o con presencia en diversos lugares, dentro y fuera de las instalaciones, a lo largo de toda la jornada laboral. Todos ellos compatibles con la garantía de la calidad de los apoyos a ofrecer a las participantes.
A sustituir por: teletrabajo, horario continuo, flexibilidad horaria, comunicación on line
Horas
Jornada laboral. Tiempos de dedicación a mayores, no directamente proporcionales a la productividad, muy estimados por personas directivas y que a veces estas confunden con compromiso o implicación con la organización, no necesariamente con su causa.
El hecho de pasar más horas en el lugar de trabajo de las exigidas en la jornada laboral por temor a perder el empleo especialmente en épocas de crisis, es un fenómeno a lo que tampoco es ajeno el sector social.
A sustituir por: vacante, de momento. El modelo mental de la contribución por “horas” está tan presente en el ámbito personal, de los equipos, de las organizaciones, de la sociedad (todo se mide en horas), que consideramos que estamos lejos de poder acercar una palabra de relevo. De momento, solamente constatamos las evidentes limitaciones de esta palabra son solera y su necesidad de revisión.
Reunión
Encuentro entre dos o más personas, habitualmente profesionales, que ocupan buena parte de las horas de asistencia social en Centros y en las que, a veces, participan usuarias.
En tiempos de la COVID-19 descubrimos que estaban disponibles tecnologías que incorporamos al ámbito laboral y familiar. Saturados de pantallas, parece que es relevante indagar en el para qué nos juntamos y cuál es el canal más adecuado, presencial o virtual.
Más que nunca hace falta diseñar las conversaciones para que los momentos de encuentro sean de utilidad para las personas, equipos, organizaciones y sociedad.
A sustituir por: conversación, espacios de conversación, art of hosting, encuentro, coordinación, hablar.
Formación
Solución de urgencia para cosas que no funcionan. Las organizaciones la utilizan desde el supuesto de que las cosas no van cómo queremos porque no sabemos lo suficiente. La formación requiere de herramientas: papeles, reuniones, plataformas, y sobre todo, power point.
La medida del conocimiento estuvo tradicionalmente vinculada a un soporte papel que emarcado podía adornar y hasta vestir paredes de salones y estudios. La “titulitis” como valoración desmesurada de títulos de estudios que presuntamente garantizan los conocimientos de alguien, estaba pasando la mejor vida antes de la COVID-19, y con ella, avanza su descomposición.
Valorando la dedicación y esfuerzo que reflejan tales documentos, su invocación por parte de profesionales que trabajan en el sector social para personas, en entornos cambiantes e inciertos, resulta ya poco recomendable y operativa. Los retos que hace falta afrontar en la prestación de los servicios superan tal acreditación documental.
A sustituir por: aprendizaje, comunidades de aprendizaje, competencias, habilidades.
Esperamos que entiendas la licencia que nos permitimos, ya que nuestra propuesta tiene la intención de incitar a la reflexión desde cierto punto de provocación. Creemos que para ser más justas precisamos matizar, aunque este verbo no esté muy de moda. Te animamos a matizar y también completar esta enumeración en los comentarios que puedes realizar más abajo.
Por favor, considera que además de indicar qué concepto con solera está en crisis, resulta recomendable hacer una propuesta de relevo para lo presente y futuro. El que está, hace una función. Hay que traer algo que sustituya. No podemos quedar sin nada. Hay que proponer.
Equipo VIRADA. Ander, Itzi, Celso, Begoña y David.