En el servicio residencial El Copo (Región de Murcia), de personas con grandes necesidades de apoyo, tuvimos la necesidad, en cierto momento de la evolución del servicio y por diversas circunstancias, de buscar personal.

En este caso buscábamos una psicóloga que, además de tener formación y conocimientos específicos sobre discapacidad intelectual y sobre las tendencias actuales de apoyo y atención, gozara de la empatía suficiente para comprender a las personas que no pueden comunicar lo que les pasa, que viven con la frustración de tener una vida no elegida, que se quedan sin familia y nadie les explica nada, que viven atrapadas en un cuerpo que no les corresponde, etc.

Buscábamos una persona que conectase desde el primer momento, sin esfuerzo, sin teatralidad, que tuviese actitud ante circunstancias adversas, flexibilidad mental y capacidad de superación. Un combo que hasta el momento no habíamos podido lograr y que, tras la transformación del servicio, guiada desde Plena Inclusión Región de Murcia, teníamos claro que tenían que ser las propias personas con discapacidad del servicio quienes podían encontrarla.

Así que comenzamos una formación muy exhaustiva, con las personas que tenían cierta forma de comunicación y una comprensión mínima, sobre derechos y deberes de las personas con discapacidad según la Convención y, utilizando la guía publicada por Plena Inclusión. Esta formación se llevó a cabo durante tres meses y se fue consolidando en el tiempo para que no se olvidase, ya que después de conocer los derechos y los deberes, aprendimos a reclamar lo que nos correspondía, a no conformarnos con nuestra realidad, etc. Otra parte fue la formación a los trabajadores de ese servicio y las familias, y la colocación de infografía por todo el centro.

Los representantes más eficientes después de toda esta formación fueron Mª Luísa, Ángeles, Mª Ascensión y José Ángel. Así pues, les pedimos que nos acompañasen en las diferentes entrevistas que íbamos a programar a lo largo de un día. El equipo quedó formado finalmente por: Cuatro mujeres con discapacidad del servicio residencial, el gerente, la compañera que llevaba el servicio de empleo y formación y calidad en el centro de día (que nos ayudó en la elaboración del dilema ético), y la directora del servicio de residencia en ese momento.

Se preparó una batería de preguntas relacionadas con el currículum y diferentes capacidades y habilidades que se le requerían a las personas que fuesen a trabajar en el servicio, y dos dilemas éticos que Mª Luisa explicaba en voz alta y del que posteriormente Mª Ascensión y Ángeles realizaban preguntas muy sencillas. El caso práctico valoraba el trato que le darían a una persona tras un suceso común en el servicio. Después de cada entrevista se puntuaba a la persona en un registro y se comentaba el desarrollo del caso práctico.

Fue emocionante escuchar las conclusiones a las que las mujeres habían llegado tras la respuesta recibida, un auténtico regalo del que ni las personas que estábamos con ellas fuimos capaces de observar.

Algunas de las cuestiones que Mª Luisa explicó a la hora de puntuar eran: si la miraban a ella a los ojos o no a la hora de explicar qué harían tras plantearles las preguntas del dilema ético, si saludaban al entrar a la sala o se sentaban sin más, si se acordaban de sus nombres al despedirse, si les preguntaban su opinión para intentar buscar soluciones ante el problema, si se apartaban con aprensión o no cuando Ana Mª se les lanzaba a darles un beso al saludarlas, si les respetaban su tiempo a la hora de escuchar la lectura y posteriores preguntas en el caso práctico, etc.

Este fue nuestro primer intento de selección de personal y, aunque hemos detectado errores que puliremos en próximos procesos, es cierto que la psicóloga que las chicas seleccionaron sigue hoy día trabajando con nosotros siendo, a pesar de su juventud, una de las mejores profesionales en atender a las PCDI y en prestarles apoyo.

 Teresa Guirao, directora del Centro de día APCOM – Asociación de Familias de Personas con Discapacidad Intelectual 

 En la imagen: Mª Luísa Estevez, Teresa Guirao y Ana Mª Sánchez

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