Una persona líder sabe de conversaciones y practica

Que una gran líder sea convincente con las cosas que diga se relaciona directamente con su competencia en el manejo de las conversaciones, algo que va más allá de hablar. En esta compleja ecuación que tiene que ver con el acto comunicativo hay más más variables y factores que la palabra. ¿Hace un poco de filosofía?

Solo cuatro párrafos de filosofía. Si eres alérgico, sáltatelos

Hablamos para que alguien nos escuche. Para que alguien, que podemos ser nosotros mismos u otras personas, nos hagamos cargo de lo que decimos y suceda algo. Hablamos para que algo pase. Hablamos para generar acción.

Estas frases tan contundentes de este primer párrafo parece que no dicen mucho, pero atesoran una gran carga ontológica, esto es, que refieren como venimos siendo lo que somos como personas. Nos remiten a cómo nos construimos como como personas: somos acción.

Dicho de otro modo: las personas no somos de una determinada manera que es estática y constante; sino que declaramos aquí que las personas somos lo que vamos haciendo, y hacemos lo que somos. Por lo tanto, si cambiamos lo que hacemos, cambiamos lo que somos. Y lo que somos cambia con lo que hacemos. No hay nada que sea “nosotros mismos” alejado de las acciones que ejecutamos.

Una de las acciones más potentes que hacemos las personas es conversar, comunicarnos, hablar… Esta acción comunicativa va generando lo que somos.

Algo más técnico: en una conversación hay distintos elementos

Como dirían Les Luthiers en su inolvidable El sendero de Warren Sánchez, pinchar aquí, “analicemos la frase…”.

Cuando conversamos, esto es, cuando interactuamos para provocar un discurrir de acciones, lo hacemos implicando en ese proceso no sólo lo que decimos (el lenguaje), sino también desde donde lo decimos (el cuerpo) y cómo lo vehiculamos (la emocionalidad).

En una conversación, están siempre presentes (no se entiende la conversación sin la contribución específica de cada un o de estos elementos) de cada uno de estos factores: el lenguaje, el cuerpo y la emocionalidad.

El lenguaje

Empecemos por lo que nos es más familiar. Para conversar utilizamos el lenguaje, esto es, un código, que suele ser un idioma. Conversamos el Lengua de signos, en Galego, en Inglés, en infinidad de idiomas. Y en cada uno de ellos hacemos esencialmente tres cosas:

  1. Hablamos.
  2. Escuchamos.
  3. Guardamos silencio.

Estas tres cosas generan distintos cursos de acciones futuras.

Cuando hablamos, utilizamos dos modalidades del habla: o proponemos o indagamos.

Y cuando conversamos utilizamos distintas acciones con el habla. Esto es, utilizamos distintos actos lingüísticos:

  • Afirmaciones: describimos las cosas que nos rodean. Aportamos datos, describimos hechos.
  • Juicios: hacemos interpretaciones de las cosas que percibimos.
  • Declaraciones: decimos cosas que crean realidad a partir de ese momento, como por ejemplo como cuando decimos “sí” o “no”.
  • Promesas: son un tipo de declaraciones que nos comprometen con otras personas.

El cuerpo

Siempre está ahí, aunque no nos demos cuenta. Nuestro cuerpo, nuestra biología, condiciona en un alto grado nuestra capacidad para generar cursos de acciones, para establecer conversaciones.

No solo nuestra biología, sino nuestra corporalidad. La forma en que manejamos nuestro cuerpo: posturas, miradas, disposiciones… todo tiene impacto en nuestro propósito conversacional, en los cursos de acciones que queremos que se produzcan.

La emocionalidad

La gestión de las irreprimibles emociones resulta un elemento clave en una conversación. Todos sabemos como la tristeza puede dar tonalidad a las conversaciones, como nos puede abrir a un universo de maneras de ver las cosas que nos puede valer o no para nuestro propósito conversacional.

Otro tanto pasas con otras emociones básicas, y otras emociones más elaboradas.

Y todo esto, ¿para qué?

Dwight D. Eisenhower, afirmaba que el liderazgo es el arte de conseguir que otra persona haga algo que quieres hacer porque quiere hacerlo. Entiendo que esto es aplicable a uno mismo: liderazgo personal para conseguir de mí que haga algo que quiero.

Tenemos una buena y una mala noticia respecto a esto. Primero la buena.

En la tarea de incrementar la efectividad de nuestro liderazgo personal y organizacional, conocemos cuales son los elementos presentes en las conversaciones. Podemos aprender a  manejarlos y disponerlos para lograr una mayor influencia comunicativa para obtener los resultados que esperamos. Hemos perdido la inocencia, sabemos porque suceden algunas cosas.

Ahora la mala. Este conocimiento es algo de muchísima utilidad, pero la excelencia en el ejercicio del liderazgo tiene que ver mucho con el entrenamiento constante de las competencias conversacionales. Como en el baloncesto, es preciso aprender, autocorregirse y repetir para adquirir esta competencia de manera excelente.

https://algalia.com/virada/liderado/?lang=esEn VIRADA queremos acompañarte en la práctica de esta disciplina con el propósito de que seas líder de tu propia vida, y que tu liderazgo rebose en la organización en la que participas. ¿Hablamos?

 

Programa VIRADA Liderazgo. Pinchar aquí.

David Pereiro
Socio Consultor de Algalia Servicios para el Tercer Sector

 

 

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