El liderazgo efectivo no es algo con lo que nacemos, es una habilidad que vamos desarrollando. He aprendido que en las entidades de la economía social y en particular del tercer sector, donde el compromiso con la comunidad es clave, ser un buen líder implica, ante todo, saber escuchar. Y cuando digo escuchar, me refiero a una escucha real, profunda, de esas que nos hacen detenernos y entender lo que las personas a nuestro alrededor realmente necesitan y sienten.
La Escucha como Clave del Liderazgo
Recuerdo la última vez en la que, quizá fruto de mi ansiedad, me apresuré a tomar una decisión sin escuchar a mi equipo. Pensé que lo sabía todo, que con mi experiencia bastaba. ¿El resultado? Frustración y desconfianza en el equipo. Cuando finalmente me senté a escuchar, me di cuenta de que sus ideas no solo eran valiosas, sino que también solucionaban problemas que yo ni siquiera había visto. Frederic Laloux habla sobre esto en «Reinventar las Organizaciones»: Los líderes que escuchan crean espacios de colaboración y confianza. La escucha activa no es solo escuchar palabras, sino captar el mensaje detrás de ellas, las emociones y las preocupaciones.
¿Cómo Saber si Estamos Escuchando?
Para mejorar mi capacidad de escuchar, empecé a hacerme preguntas: ¿Estoy realmente prestando atención o estoy pensando en lo que voy a responder? ¿Dejo que la otra persona termine antes de hablar yo? ¿Estoy abierto a entender su punto de vista, o estoy juzgando? Estas preguntas me ayudan a ser más consciente y a mejorar cada día. Rafael Echeverría, en su enfoque de coaching ontológico, me ha enseñado que el liderazgo empieza con el autoconocimiento. Reconocer mis propias limitaciones y trabajar en ellas ha sido fundamental para ser un mejor líder.
Los Desafíos de No Escuchar
Patrick Lencioni nos advierte sobre las disfunciones de un equipo, muchas de las cuales surgen cuando no hay escucha. He visto esto de cerca: equipos que no confían porque sienten que sus voces no importan, o que evitan el conflicto porque creen que no serán escuchados. Un ejemplo sencillo que he vivido es cuando un líder no escucha las preocupaciones sobre un nuevo reto. El equipo se siente ignorado, y el resultado es confusión y resistencia.
¿Podemos Liderar sin Escuchar?
Sinceramente, no. He aprendido que un líder que no escucha es como un capitán que no presta atención a su brújula. No se trata solo de ocupar un puesto, sino de ser alguien que inspira y guía. Sin escuchar, las decisiones se toman en el vacío, y el equipo se desconecta. En la economía social, donde trabajamos directamente con comunidades, escuchar es vital para entender y responder a las verdaderas necesidades.
He visto cómo escuchar transforma organizaciones. Cuando los líderes escuchamos, creamos un entorno donde las personas se sienten valoradas y motivadas. Esto, a su vez, genera un impacto social positivo. Tenemos la oportunidad de liderar con el corazón y la mente. Y todo empieza por escuchar.
El liderazgo es un aprendizaje continuo, y la escucha es nuestra herramienta más poderosa para transformar no solo nuestras organizaciones, sino también las vidas de las personas con las que trabajamos.
Miguel Angel Barbosa Rodríguez, Socio-Responsable Consultoría Algalia