La calidad de nuestras relaciones profesionales viene determinada, en gran medida, por la ética que impera en nuestras organizaciones.

Solemos invertir tiempo en revisar y mejorar los procesos productivos, pero pocas veces nos paramos a pensar en si las relaciones entre las personas que integran nuestro equipo están sanas. Una organización saludable es aquella que establece procesos de trabajo que promueven y mantienen un estado de completo bienestar físico, mental y social de sus trabajadores y, a su vez, tiene una alta eficacia y rendimiento laboral.

El doctor Domènec Melé, Profesor Emérito del Departamento de Ética Empresarial y titular de la Cátedra de Ética Empresarial del IESE, publicó, en 2014, en el Journal of Business Ethics, “Human quality treatment”: Five organizational levels”, un estudio sobre los cinco niveles organizacionales que impactan sobre la calidad en el trato hacia las personas. Melé identifica esos cinco niveles como: el maltrato, la indiferencia, la justicia, el cuidado y el desarrollo.

El maltrato es el nivel más bajo de calidad relacional, e implica un abuso de poder y una situación de injusticia flagrante en una relación.

La indiferencia conlleva un trato irrespetuoso por falta de reconocimiento y preocupación hacia las personas que configuran nuestra organización.

La justicia consiste en respetar a las personas y sus derechos, pero olvidando que queda más camino.

El cuidado se sitúa en la parte alta de la calidad relacional. Supone una preocupación real por los intereses legítimos de las personas y proporciona el apoyo necesario para que se resuelvan los problemas.

En lo más alto del escalafón, Melé sitúa el desarrollo, que brota cuando se actúa con verdadera estima hacia los colaboradores, se favorece la integridad y el comportamiento virtuoso dentro de la organización, cuando se actúa con espíritu de servicio y cooperación, y se fomenta la iniciativa, la creatividad, la participación, el sentido de responsabilidad y compromiso. Cuando se conocen los talentos de cada persona y se trabaja para tratar de maximizarlos.

Ahora pensemos… ¿En qué nivel se encuentra nuestra entidad? ¿Tiene la misma percepción todo el equipo? No es una utopía querer alcanzar este último estadio dentro de nuestra organización. Analicemos y reflexionemos sobre el lugar en el que nos encontramos y a cuál queremos llegar, y empleemos todas las herramientas a nuestro alcance para conseguir ese objetivo común.

 

VIRADA, un recurso eficaz

Como entidades del tercer sector y la economía social tenemos el compromiso de anteponer a las personas ante el beneficio económico, por ello no sirven excusas a la hora de buscar tiempo para cuidarnos, y cuidar de los que nos rodean.

Ahí entran en juego herramientas que nos ayudarán a poner en el foco de atención a las personas, como el Programa Virada.

VIRADA se articula como programa en dos iniciativas principales:

Desde Algalia te invitamos a que conozcas lo que este programa formativo puede ofrecer a tu organización y al equipo.

Consulta las características de cada uno e inscríbete antes del 17 de febrero de 2023.

En breve zarpamos y no queremos que te quedes fuera… ¿Te unes?

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